Ciudades del futuro: adoptar un enfoque inteligente de la infraestructura 

Ciudades del futuro: adoptar un enfoque inteligente de la infraestructura 

Antonio Bocigas, director de telecomunicaciones de EMEA en Lenovo, dice que las ciudades necesitan una «ventaja» a medida que se adaptan a las tecnologías de alto ancho de banda para avanzar en la transformación. 

Antonio Bocigas, director de telecomunicaciones de EMEA en Lenovo

Durante miles de años, la humanidad se ha esforzado por construir una «ciudad inteligente», el objetivo final en el desarrollo de la infraestructura de la ciudad. 

Mirando hacia atrás a la antigua Roma, la gente ya estaba viendo nuevas tecnologías aplicadas a través de un complejo sistema urbano interconectado, como la gestión del transporte público, los sistemas de distribución de fuentes de energía y los sistemas de drenaje de agua. Tales innovaciones transformaron la vida de miles de ciudadanos. 

Avance rápido hasta el siglo XXI, ahora estamos experimentando un alto nivel de desarrollo tecnológico y vislumbrando nuevas innovaciones, como automóviles sin conductor, sistemas de tráfico inteligente y bots de entrega. 

Pero como dice el adagio: «Roma no se construyó en un día». Todo el progreso no sucede de la noche a la mañana, todavía se necesitan mejoras y esfuerzos para transformar y avanzar en las infraestructuras para que las ciudades sigan un enfoque inteligente. 

Aprovechando la computación al borde   

Para que las ciudades manejen una gran cantidad de datos, una red de alto ancho de banda y baja latencia es esencial para construir un enfoque inteligente en la era moderna. Aunque estamos viendo implementaciones masivas de 5G confiable y asequible en todo el mundo, ciertas ciudades aún enfrentan bajos niveles de conectividad de red. 

¿La respuesta? Edge Computing: un paradigma de computación distribuida que acerca la computadora y el almacenamiento de datos a las fuentes de datos. La tecnología Edge permite tomar decisiones más rápidas y procesar datos en tiempo real dentro del propio dispositivo, en lugar de tener que enviar información a un centro de datos lejano para su procesamiento. Los tiempos de respuesta son, por tanto, más rápidos, un factor clave a la hora de gestionar las tecnologías de gran ancho de banda que son esenciales para las Ciudades Inteligentes y garantizar su éxito. 

Una red Edge Computing también tiende a ser más confiable y rentable, una situación en la que todos ganan para los gobiernos locales. Esto se debe a que, con la toma de decisiones en el dispositivo a través de la inteligencia artificial, los datos no tienen que almacenarse en una red en la nube, ya que solo se procesan los datos importantes. 

¿Cómo es una Ciudad Inteligente? 

Una ciudad inteligente tiene la capacidad de implementar tecnología inteligente basada en datos. Barcelona es un excelente ejemplo de cómo dicha tecnología respalda la nueva innovación que beneficia a las personas en la ciudad. Con el desarrollo de una red 5G, infraestructura privada y autobuses 5G autónomos que se están desarrollando en Barcelona con socios como Lenovo, las Smart Cities ya están mejorando la vida de los ciudadanos. 

El proyecto piloto de Barcelona se apoya en la infraestructura para el despliegue global de una red privada 5G autónoma. Más allá del transporte, también se desplegará para ayudar a las fuerzas del orden en la ciudad. Mediante el uso de una transmisión de video que se puede analizar en tiempo real con IA, la policía podrá detectar delitos y proteger al público. En pocas palabras, la tecnología finalmente puede proporcionar muchos más recursos a los servicios de emergencia, lo que significa que pueden reaccionar más rápido cuando surge la necesidad. 

Habiendo construido ya más de 3.000 gabinetes de calle para albergar infraestructura tecnológica clave, Barcelona tiene una oportunidad increíble para continuar su camino hacia la Transformación Digital. Como tal, la ciudad ha establecido planes ambiciosos que marcarán la pauta en lo que respecta a la eficiencia, la transparencia y la innovación social. Y si bien podemos mirar a Barcelona como ejemplo, es importante recordar que una talla no sirve para todos. Como ciudad costera y popular destino turístico, sus desafíos son diferentes a los del resto del mundo. 

México: aplicando un enfoque inteligente a distintos desafíos 

Si bien Barcelona es una popular ciudad de vacaciones junto a la playa que necesita una gestión de la capacidad de la red en un entorno abarrotado, todas las ciudades enfrentan distintas necesidades y desafíos para convertirse en Ciudades Inteligentes. En el caso de México, uno de los desafíos clave lo plantea la escasez generalizada de agua, que ahora está aumentando debido a las temperaturas extremas causadas por el cambio climático. 

De hecho, México ya está liderando el camino en lo que respecta a Ciudades Inteligentes en LATAM, con cuatro ciudades, cada una con desafíos únicos, consideradas Ciudades Inteligentes por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

En múltiples ciudades de México se han planteado propuestas de Smart City para integrar la tecnología a la infraestructura urbana, con el objetivo de mejorar la sustentabilidad, maximizar la eficiencia y minimizar el uso de energía. 

Entre muchas de sus Ciudades Inteligentes, Tequila, localidad de Jalisco, fue certificada como el primer Destino Turístico Inteligente de México y América Latina. 

Se ha implementado la instalación de paneles solares para adoptar la energía verde, se proporciona Wi-Fi gratuito en los centros históricos y se han implementado sistemas Big Data para generar información de tráfico para los turistas. Además, Querétaro espera completar el enfoque de Ciudad Inteligente para 2035, instalando tecnologías de más de 50 empresas y mejorando el proceso de Transformación Digital de la ciudad, además de fomentar una economía del conocimiento. 

Al adoptar un enfoque inteligente de la infraestructura, México podrá usar la tecnología para monitorear de manera efectiva los niveles y el consumo de agua. Y en el proceso asegúrese de que la infraestructura esté en su lugar para superar la escasez de agua, el equivalente moderno a lo que lograron los romanos. 

A pesar de que cada ciudad tiene necesidades diferentes, hay un conjunto específico de características que ayudan a identificar y medir su nivel de «inteligencia». Las Ciudades Inteligentes se basan en la idea de que las personas pueden vivir y trabajar de la manera más eficiente mientras aprovechan al máximo sus recursos. 

Por ejemplo, al recopilar datos sobre el uso de energía tanto a nivel personal como dentro de los sistemas de control de edificios, se puede reducir el consumo. Combinar eso con la gestión del tráfico y vigilar de cerca la calidad del aire puede ayudar a las ciudades, y países enteros, a alcanzar los objetivos de emisiones. 

Además, al observar datos en vivo, se pueden tomar medidas para reducir los niveles dañinos de contaminación del aire, como imponer restricciones al tráfico en ciertas áreas. Luego, la congestión se puede combatir mediante el monitoreo de transmisiones de video en vivo y controles de señalización para garantizar que las ciudades sigan moviéndose. 

Las Smart Cities ya no son una fantasía 

El proceso de construcción de una Smart City siempre se enfrentará a diversas barreras. Se debe prestar más atención a la seguridad física debido al creciente número de servidores ubicados en carreteras o calles. Para garantizar que las funciones de Smart City funcionen siempre sin problemas, los urbanistas deben proteger sus funciones fundamentales y establecer estrategias claras. 

Para que las grandes ciudades aseguren la mejor cobertura posible, las infraestructuras deberán colocarse de manera adecuada y cuidadosa en todas partes; aquí es donde Edge Computing puede ayudar. Cada sensor puede sobrevivir a una interrupción de la red o una cobertura inconsistente sin necesidad de un sistema central de control en la nube. 

Para tener éxito en la construcción de nuestras ciudades, es vital que los ciudadanos comprendan que el objetivo final de los gobiernos locales es ahorrar dinero, maximizar la productividad y aumentar la eficiencia. La clave es comprender la visión a largo plazo y las necesidades únicas de infraestructura y comunidad de cada ciudad. Si bien cada ciudad es diferente, Edge Computing jugará un factor clave en la sustentación de Smart Cities para facilitar la vida de los ciudadanos.

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