La firma Vertiv pone en primer plano un detalle importante a tener en cuenta para que la nueva generación de comunicaciones móviles no se convierta en un quebradero de cabeza para los operadores, los gobiernos y los usuarios en general, en cuanto al consumo energético.
En esta infografía, Vertiv muestra cómo evoluciona en respuesta a las demandas de los usuarios y el potencial para desarrollar nuevos negocios basados en redes móviles más robustas, inteligentes y eficientes.
Por ejemplo, el tráfico de datos pasará de 100 exabytes en 2021 a más de 2000 exabytes en 2027, mientras que las redes 3G y 4G promediarán 1000 exabytes.
Y esa intensidad de tráfico también implica una previsión en cuanto al consumo energético. Afortunadamente, las redes de última generación son más eficientes, según la información recopilada por Vertiv y el ahorro puede ser del 90% por unidad de datos al aplicar tecnologías 5G.
De cualquier manera, surgen nuevas tareas y desafíos para las redes 5G. Hay que tener en cuenta el auge de tendencias como IoT, IA y, en general, todos los elementos que impulsan la Cuarta Revolución Industrial, que harán que las redes 2G, 3G y 4G parezcan muy arcaicas e inútiles.
Asimismo, es fundamental destacar el auge del concepto de Edge Computing que, al ofrecer procesamiento e información más cerca de la operación, también requerirá más energía. Según Gartner, para 2025, el 75% de los datos corporativos se generarán o crearán en el borde.
IDC, otra firma de investigación también afirma un crecimiento significativo en las inversiones en Edge Computing que pueden alcanzar los 250.600 millones de dólares en 2024.
Sin embargo, de acuerdo con lo establecido en la COP 26, la Cumbre de Cambio Climático celebrada en Glasgow, Escocia, factores que reducirán el consumo de energía y disminuirán el desperdicio de recursos energéticos, naturales y alimentarios se encuentran con la aplicación de tecnologías digitales para prevenir el cambio climático.
Finalmente, Vertiv propone un paquete de buenas prácticas que harán más eficiente el consumo y la gestión de la energía, tanto a corto como a largo plazo.
El compromiso de las empresas es hacer más eficientes, inteligentes y productivas sus redes y cadenas productivas, mejorando al mismo tiempo los niveles de consumo energético.
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