Alain Bertaina, director de desarrollo comercial y estrategia de productos de telecomunicaciones de Prysmian Group, nos cuenta cómo hacer de la sustentabilidad una consideración clave en el diseño y la producción de cables de fibra puede tener beneficios ambientales.
Dado que muchas empresas de la industria de las telecomunicaciones establecieron objetivos ambiciosos para reducir su contribución al cambio climático, centrarse en el desarrollo de redes de fibra sostenibles permitirá a los operadores globales desempeñar su papel en la realización de una sociedad más ecológica.
Hacer de la sostenibilidad una consideración clave en el diseño y la producción de cables de fibra acelerará el cambio hacia una economía más ambiental, ecológica y circular al reducir las emisiones de CO2 que se liberan a la atmósfera.
A medida que el impacto del cambio climático se vuelve más severo, la industria de la fibra óptica tiene un papel importante que desempeñar y es importante que, en general, las empresas eleven sus estándares en lo que respecta a la circularidad.
Papel de las tendencias de diseño sostenible
Satisfacer las crecientes demandas de banda ancha requiere redes efectivas y de alta capacidad, y se ha demostrado que la fibra es más eficiente energéticamente que sus rivales. Su mayor estabilidad, confiabilidad y larga vida útil significa que su impacto en el medio ambiente se reduce, pero aún brinda beneficios para los operadores en los años venideros. Sin embargo, los procesos de diseño y producción pueden tener un gran impacto en la sustentabilidad de la fibra.
Cuando se trata de diseñar un cable de fibra que sea sostenible y de alto rendimiento, los avances tecnológicos significan que ahora es posible tener lo mejor de ambos mundos. Siguiendo las tendencias de diseño más ecológicas, se pueden lograr avances significativos. Esto incluye aumentar el peso de las preformas de fibra.
Al hacerlo, esto permite reducir tanto el porcentaje de vidrio inservible como el tiempo de configuración durante el proceso. La fusión del vidrio al comienzo del proceso, que consume energía, se puede realizar con menos frecuencia con preformas más grandes y, como tal, reduce la cantidad total de consumo de energía.
Otra tendencia es el uso de materiales reciclados, lo que puede conducir a una reducción de las emisiones de CO2. En un caso, el uso de 100 % de germanio para la producción de fibra óptica puede resultar en una reducción de las emisiones anuales de CO2 de la empresa en un increíble 60 %. Esto es el equivalente a retirar de las carreteras alrededor de 6.800 automóviles con motor de combustión. Las empresas deben monitorear el almacenamiento, el empaque del producto y los desechos a escala global para asegurarse de que están realizando cambios sostenibles en todo el proceso de producción.
Cuanto más pequeño, mejor
Los cables son cada vez más pequeños sin dejar de ofrecer un alto rendimiento, lo que genera un impacto positivo directo en las emisiones de CO2. Si se reduce el diámetro de un cable, también disminuirá el volumen de material utilizado.
Esto no solo tiene un impacto en la huella de CO2 general durante la producción, sino que también tiene un efecto en cadena en el resto de la cadena de suministro. Cables más pequeños significa que caben más en un tambor, y se necesitan menos tambores por envío. Por lo tanto, esto reduce la cantidad de emisiones de carbono durante el transporte, ya que se necesitan menos vehículos.
Una prueba reciente realizada por Prysmian Group descubrió que 11 000 conexiones requerían seis transportes de carga completos menos que si se hubiera utilizado el sistema convencional de cables y ductos. La investigación también mostró un ahorro del 31 % en las emisiones de CO2, lo que destaca cuán significativas pueden ser las características de diseño.
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